Construcción de la imagen corporal en mujeres con sobrepeso
Uno de los problemas más graves de salud es la obesidad, la cual acarrea muchos problemas físicos,fisiológicos, hormonales, psicológicos y sociales.
En general, todos los autores concuerdan en definir a la obesidad como un aumento
del tejido adiposo. la describen como una acumulación excesiva del tejido adiposo que se traduce en el aumento del peso corporal. A su vez, la obesidad se divide en cuatro tipos, de acuerdo con el índice de masa corporal (IMC):
del tejido adiposo. la describen como una acumulación excesiva del tejido adiposo que se traduce en el aumento del peso corporal. A su vez, la obesidad se divide en cuatro tipos, de acuerdo con el índice de masa corporal (IMC):
si el IMC es de 20 a 26.9%, ello es indicativo de peso normal;
si está entre 27 y 29.9%, se trata de obesidad en primer grado o sobrepeso;
si se encuentra entre 30 y 34.9%, es obesidad en grado II;
si está entre 35 y 39.9, se trata de obesidad en grado III,
y si es mayor a 40% es grado IV u obesidad mórbida.
Lo anterior deriva en problemas sobre todo psicológicos, y entre los principales y más investigados está la imagen corporal. En general, la mayoría de las definiciones incluyen tres aspectos interrelacionados: perceptivos, cognitivos y conductuales, como lo muestra la definición de Rosen, Orosan & Reiter (1993), quienes definen la imagen corporal como un constructo personal, como un concepto que se refiere a la manera en que uno percibe,imagina, siente y actúa respecto a su propio cuerpo. Raich, Mora & Marroquín (2000) consideran el trastorno dismórfico corporal como una experiencia intensa de fealdad o anormalidad imaginada. Lo anterior significa que se contemplan factores perceptivos y subjetivos como satisfacción, insatisfacción, preocupación, evaluación cognitiva, ansiedad y aspectos conductuales. A diferencia del esquema corporal, constituye un patrón al cual se refieren las percepciones de posición y colocación, información espacial del propio cuerpo
y las intenciones motrices como la realización del gesto, poniéndolas en correspondencia, lo que tiene que ver con aspectos de integración de nuestro cuerpo, tales como espacio, lateralización y postura.
Entonces, nuestra imagen corporal es un fenómeno construido, lo que Landfield &
Leitner (1987) consideran como un proceso de construcción y reconstrucción en el cual la
persona intenta comprender psicológicamente su mundo interno y externo por medio de
dimensiones personales de conciencia basadas en contrastes de significado. Estas dimensiones
de conciencia, o constructos personales, se forman por los procesos de diferenciación y de
integración, es decir, de encontrar semejanzas y diferencias entre los distintos hechos. La
persona experimenta su vida, teniendo en cuenta series de hechos de los que abstrae los
temas recurrentes y sus contrastes. Este doble proceso de abstraer y contrastar, define la
construcción o interpretación como un asunto que puede englobar lo que conocemos como
sentimientos, valores y comportamientos, y puede ser concebida a diferentes niveles de
conciencia, siendo este un proceso extraordinariamente bipolar. Respecto a la bipolaridad,
Kelly refiere que los constructos se construyen o forman por medio de la contratación; así,
el negro no existe sin el blanco.
Para Kelly (1991) los constructos personales son guías que ayudan a anticipar el mundo, de tal manera que son los monitores para interactuar con el mundo real. Así, la persona ya va con alguna idea sobre lo que es un hecho o evento. “La teoría de Kelly es extremadamente compleja pero se basa en la suposición singular y fundamental de que la conducta humana está determinada por lo que él denomina constructos personales, o formas de anticipar el mundo” (Bernstein & Douglas, 1989: 81).
Estos constructos no se forman en un instante sino que, como señala Kelly (en Landfield
& Leitner, 1987), un constructo y el propio acto de construir se realiza con base en las conclusiones que se obtienen de experiencias pasadas y sirve para anticipar el futuro, como un puente entre el pasado y el porvenir.
La función principal de los constructos es anticipar los hechos, como refieren Banister & Maer (en Landfield & Leitner, 1987), quienes consideran que los constructos personales son estructuras que facilitan la mejor comprensión de los hechos futuros. Así, la metáfora el hombre-el científico significa que la persona, como el científico, está haciendo preguntas continuamente sobre su mundo con la esperanza de comprenderlo mejor. Pero además dichos constructos nos enseñan la forma en que se construye su realidad, en 11 corolarios de construcción.
& Leitner, 1987), un constructo y el propio acto de construir se realiza con base en las conclusiones que se obtienen de experiencias pasadas y sirve para anticipar el futuro, como un puente entre el pasado y el porvenir.
La función principal de los constructos es anticipar los hechos, como refieren Banister & Maer (en Landfield & Leitner, 1987), quienes consideran que los constructos personales son estructuras que facilitan la mejor comprensión de los hechos futuros. Así, la metáfora el hombre-el científico significa que la persona, como el científico, está haciendo preguntas continuamente sobre su mundo con la esperanza de comprenderlo mejor. Pero además dichos constructos nos enseñan la forma en que se construye su realidad, en 11 corolarios de construcción.
COROLARIOS DE CONSTRUCCIÓN
Kelly (1991) formula 11 corolarios donde señala la forma en que las personas construyen
su realidad:
1. De construcción: Una persona anticipa los acontecimientos construyendo sus réplicas.
2. De individualidad: Las personas se diferencian unas de otras en su construcción de
los hechos.
3. De organización: Cada persona, al anticipar los acontecimientos, desarrolla para
su conveniencia un sistema característico de construcción que engloba relaciones
ordinales entre constructos
.
4. De dicotomía: El sistema de constructos de una persona está compuesta por un
número finito de constructos dicotómicos.
4. De dicotomía: El sistema de constructos de una persona está compuesta por un
número finito de constructos dicotómicos.
5. De elección: Una persona elige para sí misma aquella alternativa de un constructo
dicotómico que le permite anticipar las mayores posibilidades de extensión y definición
de su sistema.
6. De radio de acción: Un constructo sirve para anticipar una gama finita de acontecimientos.
7. De experiencia: Un sistema de constructos de una persona varía a medida que construye
sucesivamente los hechos.
8. De modulación: La variabilidad del sistema de constructos de una persona está limitada
para la permeabilidad de los constructos dentro de cuyo rango de conveniencia
señalan una variante.
9. De fragmentación: Una persona puede emplear sucesivamente muchos subsistemas
de constructos que ella infieren que son mutuamente incompatibles.
10. De comunidad: En la medida que una persona utiliza una construcción de la experiencia
similar a la utilizada por otra, sus procesos psicológicos serán similares a los
de la otra persona.
11. De sociabilidad: En la medida que una persona construye los procesos de construcción
de otra, puede desempeñar un papel o rol en los procesos sociales que afectan
a la otra persona (Landfield & Leitner, 1987).
Uno de los puntos clave de la teoría de Kelly (1991) es que, al igual que el científico, estamos anticipándonos a los hechos, por lo que constantemente nos anticipamos a los hechos futuros, por lo cual un hecho interpretado continuamente es convertido en un constructo que predecirá los hechos del mañana. De lo anterior puede concluirse: ¿por qué nos trastornan los cambios repentinos? Es así como se proveen los constructos, experiencia recurrente, emoción, conducta, lo cual dará como resultado una teoría o constructo que predecirá los hechos futuros (Landfield & Leitner, 1987).
Además, puede decirse que las personas tienen su propia teoría personal de lo que sucederá.
Como todo científico, el hombre también tiene una teoría de lo que es el mundo o los fenómenos. Estas teorías están compuestas de hipótesis. Asimismo, uno de los principales cometidos de los investigadores es explorar y poner a prueba hipótesis al igual que las personas que ponen a prueba sus hipótesis personales, validando así sus constructos personales.
Como todo científico, el hombre también tiene una teoría de lo que es el mundo o los fenómenos. Estas teorías están compuestas de hipótesis. Asimismo, uno de los principales cometidos de los investigadores es explorar y poner a prueba hipótesis al igual que las personas que ponen a prueba sus hipótesis personales, validando así sus constructos personales.
Por lo tanto, cuando una persona utiliza sus constructos en la anticipación de los hechos, comprueba la utilidad de los mismos valiéndose de pruebas validantes. La validación se refiere a las anticipaciones personales que son corroboradas. Kelly (1991) deja en claro que las teorías son construcciones que ha hecho alguien (en este caso, él mismo) y no verdades absolutas. Y para entender una teoría o cualquier otra construcción hay que verla como las conclusiones que alguien ha obtenido de la experiencia como los constructos que le son más útiles para anticipar, comprender y predecir los acontecimientos a los que se refiere.
Así, la imagen corporal no sólo es una representación de nuestro propio cuerpo sino
que está mediada por constructos. Por ejemplo, para referirnos a una persona obesa le
llamamos gorda, pero puede tener un significado distinto: de cariño, despectivo o hasta
insultante, de manera que no es una simple representación mental, ya que tiene que ver
con el significado que le demos, es decir, qué sentido tiene.
Desde cuándo comienza esta construcción
Para Rodin (1993) esta construcción comienza desde la niñez, con la familia. Los recién nacidos desarrollan el sentido de la realidad coordinando su mundo interior de sensaciones corporales con el mundo exterior. Recuérdese que el psicoanálisis postula que los niños comienzan con sensaciones, de ahí las etapas oral, anal y fálica. Para Piaget (1994) las acciones hacen que promuevan esquemas y después otros nuevos, esto a nivel individual. Pero uno de los factores que incide sobremanera en la construcción de nuestro mundo es el social, y sólo podremos saber cómo lo construye la persona deduciendo sus respuestas o conducta.
Familia
El primer factor de análisis en lo referente al cuidado del cuerpo inicia con la familia, pues a partir de ahí se aprenden los hábitos alimenticios: qué comemos, a qué hora y el tamaño y la cantidad de los alimentos. Rodin (1993) señala que los padres y los maestros imparten al niño que el cuerpo sea una sospecha. Para muchas personas la experiencia de sus propios cuerpos está muy tergiversada, o rodeada de culpa, o ambas cosas, por ejemplo, cuando se les reprime al intentar conocer ciertas partes de su cuerpo y los padres reaccionan de manera escandalosa. Tal es el caso de la obesidad, y actualmente se desarrollan actitudes antigordura. Ser gordo (obeso) en la infancia es estar expuesto a burlas, críticas y a no ser aceptado en un grupo, de ahí que las personas comiencen a tener actitudes agradables o desagradables de su cuerpo, sobre todo las mujeres.
Para muchas personas el constructo obesidad está relacionado con individuos que tienen problemas en el nivel físico, son blanco de burlas y tienen problemas de tipo social, como no encontrar novia o ser poco atractiva(o). Si vemos a una persona con sobrepeso u obesidad, nuestra teoría personal se activa en forma de juicios acerca de cómo es esa persona. Así, como señala Rodin (1993), desde la guardería las criaturas más atractivas son más populares entre sus compañeros. También menciona que los maestros comparten esa elección, al seleccionar a los niños más atractivos y calificar a los más hermosos como si fuesen más inteligentes y eficaces. De hecho, en las escuelas privadas seleccionan a los niños más atractivos para mostrar una imagen del colegio.
Otro interesante ejemplo de cómo las personas perciben la obesidad ha sido descrito por Cáceres (2005) quien señala que las causas del sobrepeso y de los trastornos alimentarios relacionados con la alimentación se expresan en dos niveles. Cuando se habla de sobrepeso, o incluso de obesidad, a menudo se les refiere como si fueran fundamentalmente el producto de las decisiones individuales, el producto del seguimiento de una mala alimentación o de una mala construcción de la dieta. Sin embargo, en la adolescencia están obligados a evaluar de nuevo su imagen corporal que construyeron durante su infancia y a formar una nueva, apropiada a su sí mismo en maduración. Y de aquí surgirá la manera como la persona valorará su imagen corporal, ya sea que la experimente de manera agradable o desagradable, y describirá si es bonito o si distorsiona su imagen, como cuando utiliza apodos para describir su cuerpo. De hecho, muchas personas con problemas de obesidad describen su cuerpo de maneras diversas al decir que su cuerpo es como una botella, pelota, balón, oso, entre otros.
ENFOQUE SOCIOCULTURAL
La cultura proporciona estereotipos del ideal de persona que deberíamos ser; es decir, construye un prototipo de imagen corporal difícil de conseguir, de tal forma que actualmente las personas la siguen. Rodin (1993) señala que en Estados Unidos, en un informe publicado por la American Society of Plastic and Reconstructive Surgeons en 1985, sus 2700 cirujanos realizaron 477 000 cirugías estéticas en 1984, 61% más que el año pasado.
Entre las prácticas más realizadas para mejorar la apariencia figuran las siguientes:
Dermoabrasiones (pelado de la piel)
Abdominoplastia (reducción del abdomen)
Mastopexia (levantamiento de pechos)
Otoplastia (orejas)
Trasplante de cabello
De este modo, entendemos que para las personas el constructo obesidad también se relaciona con que son poco atractivas y no les queda la ropa de moda. Al respecto, Rodin (1993) señala que entre las adolescentes y los adultos, a las personas atractivas se las ve como poseedoras de las características socialmente deseables. Se cree que tienen más éxito y que llevan una vida satisfactoria, por lo que muchas personas obesas se consideran de esta manera y desarrollan una aversión a la gordura, que se traduce en conductas no apropiadas para mejorar la imagen corporal.
Lo anterior lleva a crear una teoría personal de alguien que es atractivo. Por ejemplo, si usted supone que alguien es antipático, tiende a comportase de manera que extraiga lo que haya de antipático en esa persona. Si piensa que alguien es maravilloso, lo más probable es que esa persona se comporte como tal (así es como se activa nuestra teoría personal). Pero no todo queda ahí sino que, una vez más, la cultura da la enfermedad pero también vende la cura. Un número considerable de mensajes de televisión son utilizados para mostrar un cuerpo estético, perfecto, con el afán de vender desde suplementos alimenticios hasta accesorios, como las fajas modeladoras, y artefactos para hacer ejercicios sin mucho esfuerzo, todo para bajar de peso, provocando una verdadera aversión por la
obesidad, pero también construyendo un estereotipo de hombre y de mujer muy difícil de lograr, lo cual ayuda a nuestra construcción de un cuerpo saludable, superficial y con una información muy parcial.
Así, nos construyen una imagen corporal de manera muy superficial y con información muy parcializada, lo cual se evidencia en la forma de cuidar el cuerpo. En las mujeres con sobrepeso se observa que sólo consideran que una dieta las haría bajar de peso sin tomar en cuenta otras opciones. Actualmente las dietas se han convertido en una de las opciones poco utilizadas por las personas, ya que es considerada como una forma demasiado rígida y muy difícil de llevar a cabo para muchas mujeres, por lo que recurren a otras opciones menos rígidas y más rápidas, con soluciones sin mucho esfuerzo, de ahí que constantemente salgan a la luz muchos productos, muy sencillos y también muy caros.
En cambio, otras personas sólo consideran hacer ejercicio, tomar mucha agua o comer sólo verduras, desde su teoría personal acerca de cómo bajar de peso, sin considerar los diversos factores que intervienen en este proceso. Así, existen mujeres que experimentan mucha frustración al utilizar dietas que no les han sido de utilidad en sus propósitos, de tal suerte que no vuelven a realizarlas y tienen que buscar algunas formas más superficiales como las que se publicitan en televisión.
CONCLUSIONES
Nuestra imagen corporal es una representación mental que está mediada por constructos personales, los cuales forman la teoría personal acerca de nuestro propio cuerpo y los cuales nos harán sentir, pensar y actuar. Así se forma esa teoría personal desde la niñez, en cuya construcción intervienen padres, maestros, hermanos, vecinos, amigos, entre otros.
El ambiente sociocultural también intervendrá en la forma como debemos vernos. Esto, se observa en los mensajes de televisión en donde aparece una mujer esbelta, inteligente, sociable y muy atractiva. De esa manera, el constructo delgadez está más relacionado a personas con éxito, más sociables, atractivas, inteligentes y, sobre todo, a ser aceptadas en un grupo de manera más fácil. En cambio, el constructo obesidad está más relacionado con problemas de tipo físico y fisiológicos, e identificándose con personas menos atractivas, más lentas y torpes, y que no podrán ser aceptadas en un grupo.
El ambiente sociocultural también intervendrá en la forma como debemos vernos. Esto, se observa en los mensajes de televisión en donde aparece una mujer esbelta, inteligente, sociable y muy atractiva. De esa manera, el constructo delgadez está más relacionado a personas con éxito, más sociables, atractivas, inteligentes y, sobre todo, a ser aceptadas en un grupo de manera más fácil. En cambio, el constructo obesidad está más relacionado con problemas de tipo físico y fisiológicos, e identificándose con personas menos atractivas, más lentas y torpes, y que no podrán ser aceptadas en un grupo.
En consecuencia actualmente ya no se piensa en las personas gorditas como bonachonas y “buena onda” sino como personas enfermas en los aspectos psicológico, social y físico.
Así, los medios de comunicación y todos los que intervienen en la construcción de la imagen corporal, provocan una verdadera aversión hacia la obesidad y causan en las personas otros tipos de problemas, como anorexia o bulimia, así como mucha insatisfacción por el propio cuerpo, sobre todo en la población adolescente, que es más vulnerable a los mensajes publicitarios. Incitando a las personas a realizar conductas peligrosas tales como dejar de comer, tomar laxantes, comprar costosos e inútiles aparatos para ejercicio y adquirir productos dietéticos (que pueden dañar al organismo si no se utilizan con moderación), todo con tal de bajar de peso, de manera fácil. Así, el manejo de la información es muy parcial y superficial, lo que conduce a utilizar esta información de la misma manera, es decir, si pensamos que con sólo una dieta vamos a bajar de peso, sin considerar que nuestro organismo es diferente a los demás, nos quedaremos sólo con esa idea y no tomaremos en
cuenta otras opciones.
Así, los medios de comunicación y todos los que intervienen en la construcción de la imagen corporal, provocan una verdadera aversión hacia la obesidad y causan en las personas otros tipos de problemas, como anorexia o bulimia, así como mucha insatisfacción por el propio cuerpo, sobre todo en la población adolescente, que es más vulnerable a los mensajes publicitarios. Incitando a las personas a realizar conductas peligrosas tales como dejar de comer, tomar laxantes, comprar costosos e inútiles aparatos para ejercicio y adquirir productos dietéticos (que pueden dañar al organismo si no se utilizan con moderación), todo con tal de bajar de peso, de manera fácil. Así, el manejo de la información es muy parcial y superficial, lo que conduce a utilizar esta información de la misma manera, es decir, si pensamos que con sólo una dieta vamos a bajar de peso, sin considerar que nuestro organismo es diferente a los demás, nos quedaremos sólo con esa idea y no tomaremos en
cuenta otras opciones.
Francisco Navarro Santos
REFERENCIAS
Bernstein, D.A. y Nietzel, M.T. (1989). Introducción a la psicología clínica. México: McGraw Hill.
Cáceres, J. (2005). La incidencia de la preocupación por la imagen corporal en las elecciones alimentarias
de los jóvenes. Zainak. Cuadernos de antropología-etnografía, 27. 165-177.
Vargas L, Bastarrachea,R.A., Laviada, H., González, J., & Ávila, H. (2002). Obesidad consenso. Fundación
Mexicana para la Salud, A.C. México: McGraw-Hill Interamericana Editores.
Landfield A.W. & Leitner L.M. (1987). Psicología de los constructos personales. España: Desclee de
Brower.
Rodin J. (1993). Las trampas del cuerpo: cómo dejar de preocuparse por la propia apariencia física. Barcelona:
Paidós.
Rosen, J. C., Orosan, P. & Reiter, J. (1993). Cognitive Behavioral Therapy for Body Dysmorphic Disorder.
Submitted for Publication. Department of Psychology. U.S.A., University of Vermont. Vt.
Saldaña, C. & Rossell, R. (1988). Obesidad. Barcelona: Martínez Roca.
Raich, R. M., Mora, M. & Marroquín, H. (2000). Tratamiento cognitivo-conductual en alteraciones
alimentarias: una experiencia grupal. Revista de psicología contemporánea. 7, 1, 48-55.
Kelly, G.A. (1991). The psychology of personal constructs (vols. 1 y 2). London, Routledge.
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